Se entremezcla la moralidad de tipo religioso y los consejos políticos. Es claro reflejo de las costumbres del hombre del siglo XIV, con consideración estamental de la sociedad. La parte dedicada a la crítica política es lo mejor de la obra, en la que afloran sarcasmo, ironía y humor.
Usa un vocabulario directo y reiterativo. Hace gala de una enorme cultura, pero sus imágenes son sencillas:
Todas estas riquezas son niebla e roçío
honras e orgullos e aqueste loco brío:
échase hombre sano e amanesce frío,
ca nuestra vida corre como agua de río... (271)