Tiene un nombre breve y simétrico, se llama Anna, pero es como si no lo tuviera. La dama del perrito es una silueta evasiva y romántica entrevista en un balneario de Yalta, a orillas del mar Negro, allí donde todo un siglo que desfallece se prepara para lo que se avecina y acude a tomar las aguas medicinales, aprende a sobrevivir a Wagner y emprende el viaje inmóvil de la enfermedad con una mancha en el pulmón derecho, el termómetro en la boca y una manta de cuadros sobre las rodillas.
Es la primera de una larga constelación de heroínas nerviosas y modernas que son siempre la misma, la única
La dama del perrito es una sombra de mujer que cruza el paseo marítimo y la historia de la literatura, dispuesta a quedarse, haciendo girar el mango de su sombrilla, graciosamente, con un leve movimiento de muñeca, la luz juega en su pelo, y eso es todo, es un cuento perfecto, no se necesita más.
Fuente: elpais.com
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