Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo.
Benjamín Alire Sáenz. Planeta, 2019
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“No me extraña haber dejado de mantener un diario. Era como mantener un registro de mi propia estupidez” Ari
“Si por mí fuera, el sol podría haberle derretido todo el azul al cielo. Así el cielo podría sentirse tan mal como yo” Ari
“Me cambié el nombre a Ari, y si cambiaba una letra, mi nombre era Air (aire). Tal vez es algo bueno ser el aire. Podía ser algo y nada al mismo tiempo. Podía ser algo necesario, y también algo invisible” Ari
“El sol de verano no era para chicos como yo. Los chicos como yo pertenecíamos a la lluvia” Ari
“Me preguntaba cómo era tomar a alguien de la mano. Apuesto que a veces puedes encontrar todos los secretos del universo en la mano de alguien” Ari
“Siempre estoy buscándote” Ari
Este es Aristóteles Mendoza, Ari, lo de Aristóteles fue herencia de su abuelo mejicano, es 1987, tiene 15 años y todo un verano por delante… prometedor ¿no? Pues no, todo es puro aburrimiento hasta que conoce a Dante que le enseña a nadar.
Es esta una historia que fluye entre tus manos, tierna, poética, auténtica, real, una historia hermosa.
Elena Hernández.
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