Qué suerte hemos tenido de tener algo que nos impide escribir, ejemplo de entereza y fortaleza, compañera y amiga ya hace casi tres semanas que nos dejaste y aún no nos lo creemos...
Dejas un vacío en la biblioteca imposible de reparar, imposible de olvidar. Y como siempre, nos has vuelto a dar otra lección… de vida y también de duelo…
Siempre te recordaremos. Allí donde estés, “hasta que nos volvamos a ver”
La biblioteca que no te olvida
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