Ayer la palabra fue abrigo, y el verso, puente.
En la Biblioteca de Purias, la poesía encontró hogar en las voces del Grupo Poético Espartaria, que tejieron emociones con hilos de silencio, ritmo y alma.
Gracias por regalarnos esta tarde de latidos compartidos.
Porque cuando la poesía habla, el corazón escucha.
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