En "De Buena Mañana" de Cadena Azul nuestra compañera Elena nos recomienda "Desconexión" de Neal Shusterman

Tres personajes, un mismo destino. Connor, Risa y Lev huyen para salvar la vida. La Segunda Guerra Civil de Estados Unidos, también conocida como «Guerra Interna», fue un conflicto prolongado y sangriento que concluyó con una resolución escalofriante: la vida se considerará inviolable desde el momento de la concepción hasta que el niño cumpla los trece años, entre los trece y los dieciocho los padres tendrán derecho a desconectar a su hijo. Los órganos del adolescente se trasplantarán a distintos receptores, de modo que, desde un punto de vista técnico, no muera. Al proceso por el cual se acaba con un niño al mismo tiempo que se le conserva con vida se le llama desconexión. Actualmente, la desconexión es una práctica frecuente y socialmente aceptada. Connor es un chico difícil al que sus padres no logran controlar, Risa, una niña sin padres de la que el estado se ha hecho cargo, pero que carece del talento necesario para sobrevivir a los recortes, y Lev es un diezmo, un niño que fue concebido y criado para ser desconectado como ofrenda a Dios. Sin embargo, tal vez se les presente una posibilidad de escapar… y de sobrevivir. Su lectura está recomendada a partir de 14 años.




La música de las tinieblas. 

Norma Sturniolo; ilustración, Francisco Solé; música, Andrés Puelles. Grupo Anaya, 2000. Colección El duende verde. A partir de 10 años. 

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La protagonista de esta obra es una niña llamada Tania a la que le apasiona los libros de cuentos y refugiarse en la biblioteca para disfrutar de ellos durante las vacaciones de verano. En una de sus visitas, cuando está deleitándose con la lectura, de repente se levanta un viento huracanado que le hace perder su conciencia y despertar en un mundo extraño llamado Nudor. En este lugar ocurren sucesos aterradores. Cada día, al ponerse el sol, una música oscura suena por doquier a la que Tania denomina música de las tinieblas. Este sonido está acompañado por unas figuras negras que se proyectan sobre las laderas de las montañas y los habitantes se quedan petrificados. Los libros están prohibidos, no hay alegría, ni ilusiones, ni sueños en la vida de los lugareños. Los adultos solo se dedican a trabajar en una mina y los niños no juegan, tan solo permanecen sentados en bancos con una actitud desalentada. Todo ello es consecuencia de un gobierno formado por un consejo despótico, injusto y cruel. Pero la valiente Tania se propondrá descubrir qué fue lo que sucedió en este lugar para llegar a esta situación y así poder dar un giro revolucionario en el día a día de Nudor. 

Sin duda, un libro donde se deja patente la importancia y los valores que la lectura, la escritura y la música aportan a la vida cotidiana y a la reconstrucción de nuestra historia. 

Ana María Navarro Martínez.