A Catalina no le gusta despedirse.
Siente un charquito en el corazón.
Un dinosaurio en la tripa.
Y unas ganas monstruosas de rogarle a su papa:
El papá en tonces, sonríe, se sienta junto a Catalina y se queda
con ella un rato bien largo.
Pero luego tiene que apagar la luz y marcharse porque...
Esta es una historia llena de audacia tres tintas (negro, rojo y dorado), donde cada despedida tiene una razón de ser y un final feliz. A través de esta historia, los lectores se darán cuenta de la importancia de ser capaz de dejar ir las cosas y aprender a decir adiós.
Edad recomendada: Aprendiendo a leer (5 a 7 años)
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