Lima y Limón y otros dinosaurios del montón

 Animamos a todos los niños a participar en el Concurso Infantil

de cuentos "Premio Concha Fernández-Luna", es una gran experiencia

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Aquí va mi cuento, espero que os guste


Érase una vez un niño muy pequeño que se llamaba Mario. Tenía dos añitos y lo que más le gustaba del mundo era jugar con sus animalitos, muy especialmente con su dinosaurio Limón. Limón tenía los dientes muy afilados y en la mano del niño siempre andaba asustando y mordiendo a su hermana Luisa.


Un día Mario se puso muy triste porque a su dinosaurio se le cayó un diente y no tenía dinero para llevarlo al dentista. Así que se le ocurrió una idea.


Aquella noche, como siempre, acostó a Limón junto a él y colocó el diente debajo de su almohada, esperando que el ratoncito Pérez se apiadase del pobre Limón y le dejase un regalito que aliviase su tristeza.


A la mañana siguiente, no había nada debajo de la almohada pero tampoco estaba el diente así que Mario se puso aún más triste.


Luisa le contó que a veces el regalito que trae el ratoncito es tan pesado que tarda unos días en llegar y que incluso, en otras ocasiones, deja la sorpresa en cualquier otro sitio. Acto seguido, el niño se puso a rebuscar como loco por todos los rincones de la habitación, detrás de la cama, dentro del armario, en el cajón de la mesilla, etc pero nada. Hasta que de pronto, vio unos grandes ojos amarillos detrás de la cómoda, como dos limones, se acercó sigilosamente hasta que descubrió…


Ahora Limón sonríe y ha dejado de asustar, ya no le importa que a su boca le falte un diente. ¡Ha encontrado a Lima para jugar!

 

¡Muchas gracias Pérez!

Rita Pérez Ros.

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