“Mi miel, mi dulzura” de Michel Piquemal y Élodie Nouhen.
Fundación tres culturas, Edelvives 2005
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“Mi miel, mi dulzura” es una emotiva historia donde se tratan varios temas siempre vigentes como la educación intercultural, la inmigración, los sentimientos y las relaciones familiares, especialmente entre abuelos y nietos, y todo ello en un texto que incluye además canciones, juegos y frases llenas de ternura.
“Los padres de Jadiya habían nacido al otro lado del mar… Y todos los veranos, tomaban el barco en Málaga para ir a ver a su familia en el poblado, cerca de Chott el-Yerid. A Jadiya le encantaba volver a aquel país, que era un poco el suyo. Los caminos polvorientos abrasados por el sol, los higos chumbos, los dátiles comidos a puñados, los baños en el río… Pero, por encima de todo, le encantaba encontrarse con su abuela Zhora”.
Así comienza la historia de Jadiya, que aunque había nacido en Málaga, sus padres eran originarios de otro país. Cuando va a visitar a su familia en verano, lo que más le gusta a la niña es que su abuela le haga tortitas, pasee con ella y le cuente historias. Un día en su casa de Málaga recibe una noticia muy triste: la abuela Zhora ha muerto. Dos días después el cartero le trae un misterioso paquete que contiene nada menos que la túnica que su abuela, mientras pasaba con ella los veranos, le había bordado.
Una historia entrañable para leer con los niños a partir de los cinco o seis años.
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