Ay, William, Elizabeth Strout.
Traducido por Catalina Martínez Muñoz. Alfaguara, 2022.
Atraída por la imagen de la cubierta, tomé prestado este libro con título algo peculiar. Al hojearlo comprobé que se trataba de la misma autora de otra novela que me había gustado mucho y había comentado en este mismo espacio: Me llamo Lucy Barton (Duomo, 2016); además la protagonista volvía a ser el mismo personaje; una escritora, que ahora supera los 60 años y que como en el libro anterior, cuenta en primera persona cosas de su vida, básicamente eso, por sencillo y simple que pueda parecer. Supe también que existía una tercera obra de la serie publicada entre estas dos y titulada Todo es posible (Duomo, 2017), que seguro leeré pronto. Lucy Barton tiene ya su lugar en el espacio de mi memoria.
William, el que acompaña en el título a esa interjección sin signos exclamativos, casi como un suspiro hondo y cansado, es el exmarido de Lucy y padre de sus dos hijas ya mayores, que en este momento de su vida conoce un secreto familiar que lo desestabiliza emocionalmente y le lleva a pedirle ayuda, lo que hace que se reencuentren. Ese “Ay” aparecerá recurrentemente en la novela acompañando a otros muchos nombres, pues como dice la protagonista en el cierre del libro: “Todos somos misterios: eso quiero decir… Puede que esto sea lo único en el mundo que sé que es cierto”.
Elizabeth Strout es una prestigiosa escritora norteamericana (Portland, 1956), ganadora de numerosos premios importantes, entre otros el Pulitzer con “Olive Kitteridge”, publicada en 2008 por Random House con enorme éxito en Estados Unidos y en español por Duomo ediciones en 2020. Esta saga dio lugar a una aclamada miniserie de televisión con Frances McDormand como protagonista.
Ay, William ha sido considerado uno de los mejores libros del año según The Times entre otros reconocimientos. No se lo pierdan.
Susana de Torres.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Dejanos tu comentario.