Plenilunio de Antonio Muñoz Molina

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La tertulia de este libro será este jueves 12 a las 19,30 h. en la Biblioteca "Pilar Barnés"

Plenilunio es la noche en que se nos muestra completo el disco lunar. Esto es totalmente cierto, así que podremos comenzar así. Porque esta novela del académico Muñoz Molina es eso y más. Es una novela de retorno, aunque no precisamente al Edén. Es una novela de amor, aunque maduro y sereno. Es una novela ambientada en la transición española, cuyos personajes son arquetipos de la ciudadanía de aquellos tiempos. Es una novela policíaca, con todos los ingredientes de la serie negra. Es una novela de terrorismo y ansiedad y locura y tensión. Es una novela oscura. Es una novela real. 

Sobre la dura historia de la búsqueda de un asesino de niñas, el autor entreteje la trama del detective del caso, inspector de policía recién trasladado desde el País Vasco, con su mujer ingresada, víctima de la ansiedad de las repetidas amenazas de muerte con las que se alegra la vida a policías y demócratas en Euskadi. Y la historia del asesino, cuya profundidad mental dista mucho de parecerse al de El silencio de los corderos. 

Y sobre esta historia profesional, por decirlo así, se van añadiendo los reencuentros con el viejo maestro de la niñez, cura progre y obrero atormentado por sus dudas; a la vez que la maestra de la niña asesinada pasa repaso de su vida, que nos relata mientras que transcurre su historia de amor con el detective. Y entre todos nos ofrecen un retrato de la España de la transición en él que la derrota es el estado de sus personajes, que componen un mosaico de actitudes sociales estereotipadas de la época. 

Novela negra por la trama, pero también por el ambiente que describe y por el propio estilo oscuro del escritor, te mantiene en un sobresalto continuo, ya que salta de la mente del asesino pedófilo a la de la maestra enamorada, con lo que pasas de un estado de asco a uno de complicidad. O de comprensión, de perplejidad, de empatía, según el personaje. A más de uno le va a despertar recuerdos dormidos. 

El autor hace un tratamiento duro de la investigación del crimen, descarnado, desprovisto de suavidad o despojado. La dureza de la experiencia hace que la narración sea eléctrica, haciéndote pasar de un capítulo a otro de forma frenética, descubriendo al pasar la página. Es de destacar la gran carga reflexiva que Muñoz Molina nos presenta; a través de los ojos de los personajes vemos pasar temas como la religión y la crisis de la fe, el terrorismo y la psicosis permanente que le acompaña, la soledad y la frustración que conlleva, la sociedad actual, la desinformación y el desequilibrio generacional que provoca, y el amor y la esperanza que suscita entre quienes lo sienten. 

En "Plenilunio" destacan una serie de personajes secundarios formidablemente elaborados: el Padre Orduña, un jesuita que había sido confesor del inspector, con quien le une una relación de amistad, un lazo de unión constante con su pasado y con su conciencia; Ferreras, el forense, amigo también de Susana Grey y con una sabiduría y sentido común notables, sin olvidarnos a la esposa del inspector, quien ya hemos comentado ha perdido la cabeza y la propia Fátima, siempre presente, con esa mezcla de inocencia y crueldad que aparecen en aquellos que creemos mártires de una situación en la que fueron convidados de piedra. 

Destaca finalmente cómo Muñoz Molina, que ha puesto nombre al resto de los personajes, omite hacerlo con el inspector y el asesino, en un anonimato que salta a la vista que no es casual, que viene a decirnos que lo importante no es la identidad sino las vivencias de las personas. 

"Plenilunio" es, en mi opinión, una de las mejores novelas de la literatura española contemporánea, creo que una lectura imprescindible para quienes tenemos afición por la lectura.

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