El escritor y académico Pere Gimferrer, autor del poemario 'Alma Venus', fotografiado esta semana en Barcelona. / GIANLUCA BATTISTA
El amor y la poesía son maneras distintas de ver la realidad. Europa, el cine, la pintura, la literatura, el fascismo, el pasado, el presente, la guerra y las armas, el amor, el erotismo, el deseo… nada es ajeno en Alma Venus, extenso poema unitario que acaba de publicar Pere Gimferrer. De extraordinaria intensidad, con numerosísimas referencias implícitas o explícitas, el poeta lo concibe como “un refugio contra el mundo hostil”. El título, explica, procede de Virgilio, de Lucrecio, de Antonio Negri. “Es la Venus benéfica, protectora, creadora”. “Amor, revolución, son ideas antiguas frente a un mundo deteriorado”.
“No hace falta que los lectores capten todas las referencias y si lo hacen es que me he equivocado. Lo que busco es un efecto estético y ético en cada uno de los versos. ¿Qué justifica la poesía? Es la expresión literaria que más se aleja del uso utilitario de la palabra. Es un reducto de libertad y de individualidad ante la realidad de la globalización”, explica el autor.
Con Alma Venus (Seix Barral), Pere Gimferrer (Barcelona, 1945) “no” celebra los 50 años de su primer poemario, Mensaje del Tetrarca (1963). “Muchos creen”, avisa, “que mi primer libro fue Arde el mar [1966, premio Nacional de Poesía], porque fue más leído, pero no”. No le apetece hablar de esos 50 años. “Alma Venus no tiene carácter conmemorativo. No es su misión ni es un jubileo artístico”...
Fuente: cultural.elpais.com
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